En el documental acerca de su vida, el actor Arnold Schwarzenegger cuenta un dato interesante:
Antes de ingresar al mundo de la actuación, él ya era millonario porque había invertido en bienes raíces.
No quiero hablar sobre los bienes raíces.
Quiero hablarte sobre un detalle que muchas veces pasa inadvertido:
Arnold ingresó a los bienes raíces y ganó mucho dinero porque un amigo le aconsejó entrar a ese negocio.
Nota eso: “un amigo le aconsejó entrar a ese negocio.”
Siendo millonario, Arnold se daba el lujo de escoger los papales que quería interpretar. Si el guión no le gustaba, no lo aceptaba.
Y eso es porque al ser millonario él no vivía de la actuación… el dinero le había dado opciones…
Por eso es importante tener buenos amigos, porque el consejo de un buen amigo te puede salvar de muchos errores o te puede poner en la dirección correcta.
Para graficar esto voy a contarte otra historia.
Charles Barkley fue un deportista de la NBA. Resulta que la NIKE la propuso firmar un millonario contrato de publicidad.
Mientras negociaban sus acuerdos, Michael Jordan vio el contrato de Barkley y le dio un valioso consejo.
Le dijo: “Oye, ¿para qué necesitas todo ese dinero? Estuve mirando tu contrato, vas a ganar alrededor de tres millones de dólares, dile a Nike que quieres un millón y el resto que te lo den en acciones de la empresa.”
Barkley dice que lo pensó. Se dijo a sí mismo: “Este consejo viene de Michael Jordan, el mejor jugador de la NBA. Jordan es millonario, le haré caso.”
Con el paso del tiempo la NIKE se convirtió en una empresa multimillonaria y los dos millones de dolares que Barkley pidió en acciones se convirtieron en más de 20 millones de dólares.
Todo se reduce a esto: “Un buen amigo dándote un buen consejo.”
De ahí la importancia de saber escoger a tus amistades. Pero hay algo que me dijo un mentor: “no busques buenos amigos, mejor enfócate en TÚ SER UN BUEN AMIGO.”
Esa es la actitud correcta: no buscar a la gente interesante, sino volverse alguien interesante. Arnold recibió el consejo de este amigo millonario porque él se había hecho querer. Es decir, el veterano que le dice: “oye muchacho, invierte en bienes raíces… yo te orientaré”, lo estimaba porque Arnold era un muchacho interesante: era humilde, se dejaba aconsejar, era servicial, era trabajador.
Entiende eso: nadie te da un buen consejo así por así. Te dan un buen consejo porque te lo has ganado. Porque ven que realmente lo mereces.